Hacer lo sano y lo correcto: impugnar la discriminación en cualquier sentido

Un viejo y sabio refrán que solía escuchar de niño en Cuba, alerta de que no es bueno "vestir un santo desvistiendo a otro". En este caso, se trata de que las universidades premien el intelecto y el esfuerzo de los estudiantes, y no otorguen privilegios por razones de raza que terminen generando discriminación

Al Pan Pan 10/07/2023 Redacción KVC MEDIA

Vale aplaudir que la Corte Suprema dictaminara que "la raza no es un factor para decidir" si un estudiante debe o no ser admitido en las universidades. Desde hace décadas, instituciones universitarias vienen practicado políticas que discriminan a quienes no pertenecen a las llamadas "minorías", sobre todo a los estudiantes que no son "afroamericanos" o "latinos", poniendo la raza o el origen por encima del rendimiento académico. 

Las dos sentencias de la Corte Suprema, cuyas 237 páginas han sido publicadas, una referente a la Universidad de Harvard (la institución de educación superior más antigua de los Estados Unidos, establecida en 1636) y otra a la Universidad de Carolina del Norte (la primera institución pública de educación superior, establecida en 1795): constituyen el dictaminen de lo que pudiera ser el ocaso de esa mala práctica llamada "discriminación positiva". Discriminación, en definitiva.

Un viejo y sabio refrán que solía escuchar de niño en Cuba, alerta de que no es bueno "vestir un santo desvistiendo a otro". En este caso, se trata de que las universidades premien el intelecto y el esfuerzo de los estudiantes, y no otorguen privilegios por razones de raza que terminen generando discriminación. Lo mismo ha de suceder con el origen, religión o el sexo. El objetivo de estas dos sentencias de la Corte Suprema, en esencia, es no discriminar a unos para privilegiar a otros. Sencillamente hacer lo sano y lo correcto: impugnar la discriminación en cualquier sentido. Enhorabuena. 

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